Uno y trino: El Agorante Aberrante

By Jorge de la Herrán y Crespo

Cuando un amigo se va …

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Hoy hemos despedido a nuestro amigo Aitor. Se ha ido a ese sito al que todos iremos, que no debe estar muy mal porque nadie regresa, pero al que parece que nadie tenemos prisa por ir.
Él, no ha muerto como algun@s han dicho por ahí, en un accidente de moto. Aitor, ha muerto porque un camión se lo llevó por delante. Porque un camión se saltó un stop. Un camión que imagino estaría conducido por alguien, igual por uno de esos personajes que suelen decir eso de puñeteras motos. Sí, mi amigo Aitor Senna iba en una puñetera moto, como a muchos nos gusta ir: Por carreteras donde nadie te respeta, entre vallas asesinas, atravesando pinturas deslizantes, encontrando baches en sitios insospechados, como jugando en un videojuego pero sin puntos y sin vida extra. Circulando por un mundo que nos hace sentirnos incomprendidos, incomprendidos sólo por aquellas personas que nunca han sentido el asfalto, que nunca se han puesto un casco y nunca se lo pondrán. Cualquier persona que haya circulado sobre un motor y dos ruedas sabrá de que estoy hablando: De libertad, de pasión, de vivir, de sentir lo máximo. Aitor lo vivía así, hasta que ese camionero decidió acabar con su vida.

Yo, por mucho que pese a mucha gente, seguiré cabalgando en mi moto lo que si espero es que algunos no vuelvan nunca a coger un camión.

La pollada de septiembre (dícese de una cena que organizamos a base de pollo para cerrar la piscina y la temporada de baño) no será lo mismo sin ti.

Capitán RAM, desde aquí te saludo, donde quiera que estés te deseo un buen viaje. No te preocupes que desde aquí cuidaremos de los tuyos.

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